Tal como se expresara anteriormente, la voluntad de hacer soberanía sobre el denominado Territorio Chileno Antártico, se hizo efectiva en una valiente expedición que se realizó en dos buques de nuestra Armada.
Desde los inicios de la Fuerza Aérea como arma independiente de nuestras Fuerzas Armadas, la institución manifestó y ha mantenido una especial preocupación y compromiso para unir permanentemente el Territorio Nacional y con ello se incluye la Antártica y los territorios insulares con el Chile continental.
Es temprano del año de 1947, cuando la institución hará los esfuerzos necesarios para participar de lo que será la Primera Expedición Antártica chilena, misma que había sido pospuesta desde 1940.
Tras designar y enlistar voluntarios para lo que sería una incierta tarea, se procedió a alistar el material adecuado desde la base de Quintero junto al personal especializado para operar el hidroavión Vought Sikorsky Nº308, el que sería embarcado a bordo del Transporte Angamos, una de las dos naves que constituían la entonces flotilla antártica, con el que Chile asumiría el control del espacio aéreo en su Territorio Antártico al mismo tiempo que se daba partida a la actividad de exploración aérea realizada en la zona.
Material exclusivo facilitado por el archivo fotográfico del Museo Histórico Nacional, en donde se ilustra el avión empleado y el tipo de ropa con que fuera dotado el personal que formó en la Primera Expedición Antártica Chilena.
Construcción de las instalaciones que constituyeron la Base “Soberanía” que más tarde se denominara Base Arturo Prat .
Fuente: Archivo fotográfico del Museo Histórico Nacional
Uno de los oficiales navales ayuda a enterrar el pergamino de fundación
Casi un mes después del zarpe de estas dos naves, era fundada en el Territorio Antártico la Base “Soberanía”.
El testimonio epistolar conservado por uno de los oficiales que iba en esa expedición, relata lo sucedido el 6 de febrero de 1947 con éstas palabras, “con gran solemnidad se izó la bandera chilena junto a la casa recién construida, para los que se van a quedar todo el año en ella, y se tomó posesión en forma oficial de estas tierras, junto con la izada de la bandera se firmó un pergamino de los cuales un ejemplar queda en los cimientos de la casa y el otro en los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores, fue un imponente espectáculo que llenó de emoción a todo el mundo. 156 hombres cantando la Canción Nacional que vibraba entre los hielos de los glaciares; me sentía orgulloso de estar entre estos 156”.
Transcurrieron los días, hasta que a las 16:30 hrs. del 15 de febrero de 1947, se produce un nuevo evento que deslumbra a los presentes. La quietud de bahía Soberanía era rota por el motor del Vought Sikorsky N°308, que a los mando del Teniente 1°Arturo Parodi Alister y llevando como observador al Comandante de Escuadrilla Enrique Byers del Campo, despegaba desde el mar antártico, convirtiéndose este hito en el primer vuelo realizado por la Fuerza Aérea de Chile en la Antártica, sumándose así con sus alas, al esfuerzo nacional emprendido para consolidar nuestra soberanía en las inmensidades australes, iniciando con ello una apretada cronología que hoy continúa proyectándose hacia el futuro.
No bien el avión amarizó al costado del Angamos, se realizó un segundo vuelo, esta vez piloteado por el Teniente Tenorio, quien llevó como observador al Capitán de Bandada Eduardo Iensen Franke.
Posteriormente se realizaron varios otros vuelos a las Shetland del Sur, los que al término de la comisión registraron un total de 20 horas, de ellas 16 efectuadas por el teniente Tenorio, quien fuera el primero en amarizar en isla Decepción, de gran importancia futura para el país y nuestra Fuerza Aérea.
Hidroavión Vought Sikorsky Nº308
Hidroavión Vought Sikorsky Nº308