Los preparativos para esta hazaña de la aviación chilena comenzaron en el Grupo de Aviación N°2 de Quintero, promediando octubre de 1950 con la selección del Catalina 405, que fue bautizado “Manutara”, y de la tripulación que quedó integrada por el comandante Horacio Barrientos C., comandante de la aeronave; el capitán Roberto Parragué S., 1er piloto y navegante; teniente Alfredo Aguilar Z., 2° piloto y navegante; teniente José Núñez R., 3° piloto y ayudante del navegante; subteniente Sabino Poblete A., 4° piloto y ayudante del navegante; sargento Héctor López C., mecánico 1°; sargento Gilberto Carroza, mecánico 2° y los radiooperadores cabos René Campos F. y Mario Riquelme C.
PBY 5A Catalina 405 en faena de carguío de combustible en la pista de La serena antes de despegar.
A continuación se efectuó un vuelo de entrenamiento diurno Quintero-Tocopilla-Cerro Moreno- fragata Condell, a 30 millas fuera de Valparaíso, y Quintero, empleando el radio compás e instrumentos de navegación astronómica. Un segundo vuelo nocturno fue despegando de Los Cerrillos, Valparaíso, fragata Covadonga en altamar frente a Valparaíso, Chañaral, radiofaro de Cerro Moreno, San Félix, Juan Fernández y Quintero, con una duración de 19:30 hrs. de vuelo para 2.313 millas náuticas y un consumo de 1.550 galones de combustible, con el que se batió el record de Chile de permanencia en el aire. Además se efectuó un vuelo a Juan Fernández utilizando enlaces y procedimientos radiotelegráficos navales con la fragata Covadonga y las estaciones costeras.
Comandante Roberto Parragué Singer con el Manutara de fondo.
El Manutara voló en torno a la isla pasando sobre el poblado Hangaroa a modo de saludo, antes de enfilar hacia la pista de Mataveri, construida como se recordará por los propios isleños, de 1500 metros de longitud por veinte metros de ancho, marcada con una línea blanca en todo su perímetro, en la que aterrizó a las 14:00 horas del sábado 20 de enero.
El Manutara sobrevuela la pista antes de aterrizar en ella.
Una vez en tierra, “Todo el pueblo nos recibe entusiasmado y con grandes demostraciones de alegría y de afecto para los tripulantes del primer avión que aterriza en la Isla Rapa Nui” diría el comandante Barrientos en su informe, agregando que el primer abrazo a la tripulación fue del Capitán de Puerto y Delegado del Gobierno, Luis Aceituno, a continuación lo hizo el padre Sebastián Englert, el administrador de la Compañía Explotadora de la Isla de Pascua, Fernando Cádiz, y Miguel Teao, el primer pascuense que se acercó a saludar mientras el resto interpretaba la Canción Nacional y los abrazaban entregándoles collares y regalos autóctonos.
Roberto Parragué Opazo, comandante del Boeing 767 CC-CEK a la llegada a Mataveri conmemorando el 50 aniversario de la hazaña de su padre en enero de 2001.